EL SEXTO SENTIDO

Artículo que realicé para MUSICOMANÍA - Boletín informativo de la Banda de la Escuela de Música de Bullas - y que aparece en el Nº 32 (del 25 de Mayo al 7 de Junio de 2005)

Hay quienes piensan que las personas que no tienen oído no pueden tenerlo nunca y que nada tienen que hacer en el mundo de la música. También los hay que se vanaglorian de tener un gran oído y presumen de no saber nada o casi nada de música. Es verdad que para un músico el sentido del oído es el que debería estar más desarrollado. No siempre es así. Según Clemens Kühn en su libro “La formación musical del oído” es un problema que no atañe solamente a los músicos de grado elemental sino que también es un problema de las escuelas (Conservatorios) superiores. La principal barrera para superar los problemas de oído es la falta de concentración: “Tanto en solitario como en un grupo, cualquier tarea de audición exige una atención total, concentrada solamente en ese objeto. Y, para empezar, la voluntad de concentrarse es dificilísima para la mayoría. No resulta extraño en una época de una inundación de estímulos tanto ópticos como acústicos de proporciones desmedidas. La exclusión de elementos de distracción externos o mentales deberá permitirnos el regreso a nuestro oído interno. Esto exige cierto esfuerzo y un ejercicio de voluntad: una concentración relajada es una de las claves de la capacidad auditiva”. También nos comenta que el dominio de la audición es inconcebible sin el dominio de la escritura de las notas, los conocimientos de la composición, la práctica musical y los conocimientos del repertorio: “La capacidad auditiva no puede ser muy amplia con un repertorio escaso. A la persona que haya hecho suya mucha música de tipos muy diferentes y la haya elaborado, le será mucho más fácil su captación auditiva”. Pero hemos de aclarar que en realidad todos tenemos oído. Como se dice en el Documental “Primer Acorde”: “Todo el mundo que pueda oír una conversación tiene oído. Si oye: escucha, entiende, y por lo tanto, tiene oído. Y no hace falta nada más especial”. También podemos recordar que Beethoven se quedó sordo y aún así compuso sus mejores obras. De todas maneras no deberíamos hacer oídos sordos a ningún comentario, aunque sea para tener en cuenta los verdaderos disparates que se suelen decir con o sin conocimiento de causa. También el sentido de la vista es importante porque nos permite leer y estudiar las partituras... Aún así debemos recordar que Joaquín Rodrigo (El compositor del CONCIERTO DE ARANJUEZ) perdió la vista cuando tenía 3 años. A este compositor se le podría aplicar lo que decía el poeta y ensayista inglés John Milton (1608 - 1674): “No es una desdicha ser ciego, sino no ser capaz de soportar la ceguera”. Es una lástima que este compositor no haya podido conocer una obra titulada ENSAYO SOBRE LA CEGUERA del Premio Nóbel de Literatura José Saramago. Pero también lo es el hecho de que muchos no quieran ver el trabajo y la entrega de tantos años de esfuerzo y de sacrificio. Aunque se les presente una lista detallada de todas esas actividades sería completamente inútil: “Oiréis pero no entenderéis, miraréis pero no veréis. Porque la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados, para no ver nada con sus ojos ni oír con sus oídos, ni entender con la mente...” Y es que cuando uno señala la luna hay otros que miran el dedo. También son importantes los demás sentidos. Por ejemplo, el sentido del tacto nos permite poner correctamente los dedos en las teclas de nuestro instrumento aunque no las veamos directamente... El sentido del olfato, no es que esté muy relacionado con la música, pero por lo menos nos recuerda que para tocar bien un instrumento hay que echarle narices... El sentido del gusto lo podemos relacionar con el placer de escuchar e interpretar música. Cuanto más se escucha y se conoce, más te gusta. Hay obras musicales que al principio no te dicen nada en absoluto pero con el tiempo suelen ser las que no te puedes quitar de la cabeza... Los expertos dicen que hay más sentidos de los cinco que se conocen tradicionalmente, sin tener en cuenta el sentido común. Pero el que nos interesa ahora es, quizás, el que debería ser para nosotros nuestro sexto sentido. Nos referimos al sentido de la responsabilidad. Responsabilidad en acudir puntualmente a los ensayos, en el estudio diario, etc... Consolidemos la Banda de la Escuela de Música sobre una base firme y estable: “Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos... pero la casa no se cayó porque estaba cimentada sobre roca”. Y no os preocupéis porque solo llevemos 7 años: “Muchos primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”. Esperamos que tengáis en cuenta todas estas recomendaciones: “¡No dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy!” Bueno, pues el que tenga ojos que siga leyendo y como dicen los Evangelios: “El que tenga oídos, que oiga...”

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